lunes, 20 de febrero de 2012

Un testimonio situado - Alejandro Auat

Conocí a Mario Casalla primero en sus textos. Como estudiante de filo-sofía en los últimos años de la dictadura me cautivó el empeño de ese grupo que en los ‘70 abrió la reflexión hacia una filosofía de la liberación latinoamericana. De entre ellos, Casalla se destacaba ante mí por su claridad y por su acierto en destacar y conceptualizar al "universal situado" como el desafío de nuestro filosofar. Desde entonces, ese concepto ha marcado mis búsquedas y preocupaciones en la filosofía.
Luego conocí a Mario en persona, en un encuentro de filosofía latinoamericana en Catamarca en 1987. Allí me impresionó la fuerza de sus convicciones, la claridad (nuevamente) expositiva, pero sobre todo, allí conocí su apertura y generosidad para con los noveles filósofos del interior del país. Su atención a mis tímidos planteos que intentaban ubicar a Francisco de Vitoria en el punto de partida del filosofar latinoamericano, fue un verdadero estímulo para seguir en ese camino. Casalla valoraba como muy pocos mi interés en recuperar autores que, como Vitoria, estaban secuestrados por el tradicionalismo reaccionario, y que requerían nuevas lecturas desde el compromiso con una filosofía situada en América Latina.
Desde entonces, he sentido su apoyo de manera constante a mis iniciativas, abriéndome las puertas a lugares de debate nacional e internacional, a los que difícilmente accedemos desde nuestros limitados contactos en provincias periféricas. Apoyo que se explicitó aún más en el prólogo que escribiera a un libro mío de reciente publicación, en el que intento continuar su línea de trabajo en torno a una "filosofía política situada".
Sólo tengo palabras de agradecimiento a Mario Casalla, por sus ideas y por su compromiso efectivo con quienes queremos hacer filosofía y política desde los dramas del pasado y las huellas del presente.
La mala hora que está pasando hoy es una prueba más en el camino de los que se juegan por sus convicciones. Me solidarizo plenamente con Mario en esta instancia, y confío en que se podrá reconstruir la memoria de los tiempos dramáticos en Salta con verdad y justicia, en las instancias políticas y judiciales, y no en la hoguera mediática de los juicios sumarios de una razón perezosa y oportunista.

Alejandro Auat
Dr. en Filosofía / Docente-Investigador de la UNSE / Apoderado del Partido Memoria y Movilización Social Sgo. del Estero

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