Sólo quiero hacer llegar algunas palabras de adhesión y apoyo a Mario Casalla, habida cuenta que en este espacio se han explicitado en varias oportunidades el valor de su obra, cualidades morales y compromiso político.
En primer lugar, quiero decir que cuando me enteré de la destititución de Mario Casalla de la cátedra que dictaba en la Facultad de Psicología de la UBA, me invadió un gran desasosiego. Por la forma del procedimiento,por no respetarse el derecho a la defensa de un Profesor que durante muchos años se ha desempeñado frente a cientos de alumnos que lo admiran y respetan
por su impecable desempeño, su trato académico y humano, sus cualidades docentes e intelectuales.
Varias veces Mario Casalla ha sido invitado a la UNSL, como otros tantos intelectuales destados, y sabemos de su compromiso con la educación y la universidad, de su generosidad con el conocimiento, de su pasíón por la enseñanza, de su coherencia ética y política.
Por eso, lo que está sucediendo, me hace pensar en lo que ocurre en nuestras universidades nacionales, en situaciones como éstas, en que se acusa a alguien y sin contarse con la pruebas fehacientes de su culpabilidad, se lo ejecuta sin ningún miramiento. El sospechado deviene inmediatamente en reo y el daño se torna irreversible.
La ausencia de una virtud fundamental en los procedimientos de un órgano de decisiones, también fundamentales en la gestión universitaria, esto es, la prudencia, contamina la posibilidad de decidir con probidad y justicia.Me pregunto quien se hará cargo del daño institucional, moral y emocional que conlleva este hecho.
Espero que el curso de los acontecimientos, lleve también a la reparación, para que los derechos de las personas y la democracia, sean algo más que meras palabras, soportes de nuevas formas de imposturas éticas y políticas.
Violeta Guyot
Profesora
UNSL
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